jueves, 20 de diciembre de 2012

Confesión de medianoche.

Estoy acostado en mi cama, pensando en los últimos meses que han pasado tan rápidos... sí, vuelvo y vuelvo atrás, creo que es algo inevitable para mí, pero esta vez no lo veo con nostalgia y menos acordarme de cosas que me hacen mal, sino que retrocedo en una especie de flashback de ciencia-ficción como si estuviese a punto de morir y miro los últimos momentos y pienso, que algo me falta; Quizás sea ese algo que todos buscamos y no paramos de buscar en toda la vida hasta que lo encontramos, esa otra mitad que hace vibrar cada molécula de tu cuerpo. Cada vez que me preguntan si me gustaría volver a pololear digo que "no", pero la realidad es que es una vil mentira; Bueno, ni tan mentira, es que es complicado, porque la persona indicada no ha llegado aún, sólo falsos profetas que dicen querer algo serio, cuando en verdad lo que quieren es "casual sex" y por gente como esa es que la esperanza decae más. Ahora que más puedo hacer, si se supone que el amor llega solo, ¿esperar? cuando veo que a mi alrededor está lleno de parejas felices que parecieran exhibirse con la intensión de generar el hermoso sentimiento de envidia en las personas que estamos solas. Hasta ahora es la única respuesta, esperar, esperar esperar, esperar, hasta que aparezca de la nada y cuando llegue sé que me daré cuenta de que es la persona correcta. Y quizás algún día estar como mis papás, dos hermosas almas unidas por siempre, en la vida, amen.

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